De Ximena Dávila y Humberto Maturana
En este ensayo los autores exponen de manera lúcida y apasionada sus reflexiones y visión acerca de los fundamentos y sentido de la educación y de las escuelas u organizaciones educativas, que tendrán que educar en una época que está dejando atrás y abandonando las “verdades” educativas y pedagógicas creadas en y para el mundo moderno, porque ya no responden ni se ajustan a las sociedades, culturas y personas del siglo XXI. No hablan de “contenidos”, ni “metodologías”, ni de “aprendizajes a lograr”.
Su punto de partida y de llegada, es otro, pues entienden que la educación tiene que ver, por sobre toda otra condición, con las emociones y deseos que suscitan acciones que se gestan en un espacio social, donde educandos y educadores se van transformando, van haciendo surgir un modo de convivencia que día a día, los transforma en el vivir.
Desarrollan su visión acerca de la Escuela como comunidad educativa, centro social, comunidad científica y como “espacio de acción ética” y donde
“El docente de la post modernidad se mueve en la fluidez del convivir reflexivo con niños y con adultos. El hecho que sea un modo de moverse evidencia que es la praxis de la convivencia reflexiva lo esencial y lo que le dará solidez a su accionar y no la validez de los argumentos.”
El texto aborda también la visión de los autores acerca del perfil del estudiante post moderno, la familia y la sociedad post moderna y nos invitan a conocer su visión de educación ecológica.
* Publicado en Revista Iberoamericana de Educación, OEI. Nº 49 (2009), pp. 135-161.
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